El jueves a eso de las 6 de la tarde, la profesora de Inglés me comunicó que no había aprobado el examen oral de Inglés, que tendría que recuperarlo en Septiembre y, básicamente me dijo, que no tenía ni PUTA IDEA de hablarlo. Pues bien, después de ese palo y de mi mala ostia con respecto a esa mujer, nos bajamos mi compañera Laura y yo al patio para que se fumara un cigarro y nos íbamos a buscar a Óscar a Móstoles Central. En ese momento... entre la rabia y la pena, estuve a cero coma de pedirla un cigarro, una calada, lo que fuera con tal de desahogarme... Casi lo hice, pero mi conciencia no me dejó, como siempre. Su pregunta fue la siguiente: ¿Tú crees que merece la pena? ¿Te vas a sentir mejor por fumar, o peor por volver a probarlo? Reflexioné un poco y ganó el sentirme peor por volver a probarlo, asi que me quité esa idea de la cabeza, se lo terminó de fumar, y nos fuimos hacia el metro.
Fue un momento de máxima tensión porque me veía totalmente convencida de volver a fumarme un cigarro y por mucho que me dijera veía que no iba a servir de nada y me lo iba a fumar... Pero, por suerte, ganó la parte cuerda de mi cerebro, y no el anticristo que me da por culo a veces por el tabaco, tentándome de nuevo. Desde aquí te digo que no conseguirás nada, mamón!
Laura
No hay comentarios:
Publicar un comentario